El camino del Héroe/Heroína: ¿Quiero? ¿Puedo? ¿Debo?
MARIAN LÓPEZ. Trabajadora Social y docente de cuentoterapia.
El primer fin de semana de junio, acompañé a Lorenzo Hernández Pallarés a Madrid a realizar el Taller Especial de Cuentoterapia "El camino del/a guerrero/a: La lucha contra el dragón". Y el fin de semana siguiente, volví a acompañarlo a Las Palmas de Gran Canaria, a un sitio maravilloso llamado Anatot, gestionado por una maravillosa familia, con Itur a la cabeza.
Hace tres años que realicé el taller por primera vez. En ese momento, la guerrera interior estaba adormecida; la heroína, no había sentido todavía la llamada a comenzar el viaje.
Cuando llegué a Madrid en junio, llevaba una semana en mi nuevo puesto de trabajo, compañeros/as nuevos/as, espacio físico nuevo, ámbito de intervención nuevo... He pasado de trabajar en el ámbito social 18 años, al ámbito sanitario.
Los días previos al taller, conforme iba leyendo documentación relacionada con el camino del héroe, sobre las etapas que describe Josep Campbell en su libro "El héroe de las mil caras", iba intentando ver en cada una de estas fases el proceso por el que he pasado hasta estar en el punto en el que me encuentro actualmente. Siento que he comenzado el camino del héroe, que, como a él, no sé dónde me llevará, si será fácil o difícil el camino, si tendré que matar a muchos dragones propios y ajenos, si conseguiré el tesoro, si tendré la capacidad de cuidarlo y protegerlo... Son tantas las dudas.
Pero, como la heroína o la guerrera o la "caballera", al comenzar el camino, la intención es.... comenzar a caminar, no sé lo que me voy a encontrar.
El héroe siente la "Llamada a la aventura" y tiene como única certeza que no hay vuelta atrás; sabe que no existe otra posibilidad real de vida. Que cuando termine el camino, será otra persona completamente distinta a la que partió. El héroe sabe que no hay posibilidad de quedarse donde esta, sabe que de manera irremediable ha de salir de la situación en la que está , del área de confort que le mantiene solamente "semi-vivo". Necesita salir de ahí para sobrevivir, o para vivir de verdad, intensamente, atendiendo a sus necesidades actuales. Sabe que se ha podido mantener donde está porque se ha desconectado de su propia necesidad. Solo cuando siente la Llamada, se da cuenta de que ha estado en esta posición de desconexión para no padecer ni sufrir.
¿Por qué el héroe responde a la llamada? La intuición a veces juega un papel importante y otras veces, es un hecho vital critico el que te hace decidirte por comenzar el viaje (el fallecimiento de un ser importante para ti, una catástrofe que te deja sin bienes materiales, una ruptura, un despido...)
Uno de mis maestros, Alfonso de Castro (DEP), nos decía que ante una decisión complicada que suponga un cambio esencial en nuestra vida, es importante responder a tres preguntas por este orden: ¿Quiero? ¿Puedo? ¿Debo?
Si la respuesta a la primera pregunta es "SÍ", hay que hacerse la segunda. Después, la tercera.
Tres preguntas. Como los tres centros humanos: instintivo, emocional y mental; desde la Axiología, intrínseco, extrínseco y sistémico; en las constelaciones familiares serian tres órdenes a los que estar atentos para mantener el equilibrio de un sistema: equilibrio entre dar y tomar, orden de pertenencia y orden de jerarquía.
1ª Pregunta: ¿YO QUIERO?
¿YO NECESITO/DESEO/QUIERO ESTE CAMBIO, COMENZAR ESTE CAMINO?
¿Por qué la primera pregunta a la que debo dar respuesta es si QUIERO?
El centro instintivo; el intrínseco y el mantener el equilibrio entre el dar y el tomar, hacen referencia en mayor o menor medida a lo corporal y al nivel de conexión o desconexión de nuestras necesidades más básicas, las que nos permiten sobrevivir. En nuestro cuerpo se da un continuo juego de equilibrios entre el dar y el tomar (comer-defecar, beber-orinar/sudar, inspirar-expirar...). Cuando este equilibrio se rompe, enfermamos.
Pregunta relacionada con cubrir una necesidad, con lo visceral, desde el conocimiento de que, si la respuesta a esa pregunta es No, es irrelevante preguntarse si Puedo o no puedo, si Debo o no debo... ¿Para qué sirve preguntarse ¿Puedo?, ¿Debo?, si no lo quiero/deseo/necesito?
Imaginemos por un momento que alguno de nuestros sistemas (respiratorio, excretor, circulatorio) deja de mantener ese equilibrio entre el dar y el tomar. ¿Qué sucede? Seguramente si alargamos lo suficiente esta situación, no solo enfermamos, sino que incluso moriremos antes o después. Es vital mantener estos equilibrios para la supervivencia del sistema que somos.
Es por ello que, ante una decisión complicada, donde hay numerosas dudas, la primera pregunta que uno debería responder es ¿Yo "Quiero"?
Respecto a desde dónde debe posicionarse la persona al responder, diré que no hablamos de un querer caprichoso, de "pataleta", sino de "UN QUERER RELACIONADO CON LO INSTINTIVO, CON LO VISCERAL". Un querer intercambiable a efectos prácticos por un ¿Yo "NECESITO" esto?, que nos debe ubicar en una mínima conciencia de lo preciso en este momento concreto de nuestra existencia, supervivencia/vivencia y búsqueda de lo valioso.
Cuando alguien por segunda vez te pregunta, "pero ¿quieres esto de verdad, con todas tus entrañas?" Esta pregunta hace referencia a ese querer/necesidad.
Uno tiene la sensación de que si no atiende ese deseo -que parte de y da forma a la necesidad de salir de la zona de confort que conozco, que manejo-, se va a comenzar a resentir el cuerpo, a dar señales patológicas. Con ejemplos: la necesidad de, por ejemplo, salir de una relación dañina o no satisfactoria; dejar un trabajo que no me hace sentir creativa/o, realizada/o o donde las relaciones son básicamente tóxicas....
Por todo esto, cuando el héroe siente la "Llamada", la respuesta a esa llamada es desde el instinto. Es decir, en la medida de su conexión con el centro instintivo siente el impulso de seguirla. Impulso=energía=instinto.
O sea que esta primera pregunta remite al instinto, al deseo/necesidad, a ese deseo que los psicoanalistas diferencian del goce.
No saber dónde terminará, ni siquiera si terminará bien o mal, pero sabe que nada bueno le traerá quedarse ahí, pues no habrá resolución, solo adormecimiento. Si no atiende a lo que necesita, el cuerpo seguramente comenzará a gritar con sus síntomas que "así no, aquí no, de esta manera no".
Cuando uno está en el camino del QUERER, deseado... uno fluye. Puede costar tomar la decisión, pero cuando el cambio es deseado, desde el instinto, el amino, la energía fluye.
2ª PREGUNTA: ¿YO PUEDO?
¿DISPONGO DE LA CAPACIDAD DE GESTIONAR EMOCIONALMENTE ESTE CAMINO, CAMBIO? ¿DISPONGO DE LAS HERRAMIENTAS PERSONALES, PARA SALIR DE ESTA SITUACIÓN? ¿PARA COMENZAR EL CAMINO?
El Yo Puedo, aunque en un primer momento parece remitir a la capacidad de hacer -relacionado con lo corporal (centro instintivo)-, más bien haría referencia al estado emocional que me va a permitir realizar el cambio, iniciar el camino, si yo puedo sostener emocionalmente ese cambio, ese camino (con mi pecho, desde mi capacidad emocional). El héroe se pregunta si todas sus carencias -a nivel de habilidades para gestionar los conflictos-, le permitirán llegar a buen puerto.
Aquí estaría el goce, el cómo cubro mi deseo, que herramientas (mi resiliencia, mi poder de seducción, de adaptación) tengo que me hacen confiar en que la respuesta a esa pregunta de ¿YO PUEDO? va a ser positiva.
Por ejemplo: Ante la misma limitación corporal, por ejemplo, dos personas a las que les falta un brazo. ¿Por qué uno de ellos, ante la misma llamada, ante el mismo reto, puede más que el otro? ¿De dónde parte ese "yo puedo o yo no puedo"? Pues desde el centro emocional. Un estado emocional optimo, positivo, resiliente, con afán de superación es lo que marca la diferencia entre uno y otro.
3ª PREGUNTA: ¿YO DEBO?
¿Será justa esta decisión que voy a tomar conmigo, con los que me rodean, está acorde con mis valores fundamentales, no me sentiré culpable?
La culpa es una buena medidora de lo ajustado o no de la decisión. La culpa es lo que se siente cuando uno vulnera de manera fulminante sus valores primordiales, sus ideales, lo que le parece justo o no.
El personaje del rey en los cuentos maravillosos sería el que diría al héroe: Debes comenzar el camino porque mantenerte en esta misma posición te haría sentir culpable (la culpa está relacionada con lo mental). Por ejemplo, en el cuento maravilloso La flor del Lilila, el rey es de alguna manera el que marca el pistoletazo de salida, el que plantea la situación que de manera irremediable hace mover al héroe de la zona de confort. El hijo menor del rey, el heroe en este caso a nivel inconsciente se diría: "Si no voy a por la flor y se muere mi padre, la culpa seria insoportable."
Continuará...